martes, 19 de agosto de 2008

Sin título 1

... Una vez aplanados, se nos rompen las fosas y huele a humedad del santísimo invierno.
una vez colgados se repiten los platos de restaurant y nos llama el olor a comida de casa,
la simpleza del patio,
la mano quebrajada del que tomo su maleta y se fue sin despedida.
una vez embriagados se nos sueltan los ojos y se advierte el desenfreno arraigado en el golpe,
el castigo de los que están mas muertos que nosotros.
Una vez condimentada la baba se electrocuta la lengua y surge el aleteo libido
de la entrepierna mojada,
la cruz en la frente,
la punzada en el ojo,
la pluma de arcángel.
Una vez sellado el párpado calipso se desploma la antorcha,
Se nos gira la brocha, se nos corta la capa.

Pedro Césped.

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