miércoles, 2 de julio de 2008

Maldigo

Al divino Anticristo

Maldito vino,
maldito caballo volador que aterrizo en mi ventana,
maldito latido feroz hijo de los cementerios,
maldito escenario alacranizado,
maldito el bastardo que me dio de beber de su cerebro
y traspaso sus deseos y sus culpas feroces en un día de invierno.
maldito es el frío y su capa de diablo,
la primera de tantas estrofas que no ha dejado utilizar sus palabras,
maldito es el lobo de cuatro cabezas,
maldito es el ángel y la hiper-carretera,
maldito los hombres-maquinas y los vestidos de mujer,
maldita es tu madre - tu padre - tus aliños de cocina, el arte de materializar la culpa.
Maldito todo aquel que se quedo en casa y no escupió a la orilla del camino,
aquel que vio las vitrina neonicas y su pene semi-difuncional y a pesar de eso se quedo conmigo explicándome el gran problema del tabaquismo - del alcoholismo - y los porros - y la estrechez de cerebro,
Pero aún así me cobro más de la cuenta; llevandome 2 gramos por 60 c.c. de papeles;
es injusto, lo se,
pero no me quedo mas remedio;
era la mejor forma de saltar sobre los ángeles y tomar cuatro cervezas;
se que las seis habrían estado mejor
pero fue un aliciente para mis tías - para mi madre - para mi señora - para hacerme el recuperado - el padre de familia - el que bebe despacio
Mentira!
soy otro, somos otros - somos duales - somos triales o lo que sea,
jamás conoceremos la cúpula de los satélites y el que no aprovecha de follar ahora no follara en otra vida
yo lo haré,
por que nadie sabe cuando alguien se ría de nuestra virilidad y de nuestros calcetines sucios,
nadie sabe cuando alguien lobotomizara nuestros cerebros y le prenderán fuego a nuestros pendejos blancos - yo lo haré;
yo le daré el último abanico a la ciudad de las catedrales
sacudiré sus cenizas y alguien me pedira que le taladre su boca con fuerza - como una bestia;
También estoy seguro que el vecino de enfrente me demandará,
no por haber taladrado la boca de su esposa, si no por haberme masturbado en mi ventana,
a vista y paciencia de quienes salen en procesión todos los domingos hacia la iglesia,
con cara de magos - con sus brazos de alambre - con sus rezos de salvación,
deseando jamás perder su trabajo,
sus cubículos de oficinas donde pasaran los mejores años de sus vidas,
lamiendo los zapatos de su jefe,
sin ver las noches - sin ver la ciudad de los puentes - sin ver a los pobres que se adentran en la dinámica del mundo.
Por eso los maldigo
por no haber bebido con un hombre cualquiera - de una ciudad cualquiera - en una noche cualquiera y en un bar cualquiera,
los maldigo
y maldigo a todos aquellos que no abrieron su camisa para clavarse una estaca de fierro en el pecho,
a todos aquellos que no comieron escarcha,
a los que se echaron tierra en los ojos - a los que se vendaron los ojos y solo pasaron por la esquina
sin percatarse de la prostituta mal herida,
maldigo aún más a quienes la vieron y no la salvaron una vez contagiada,
maldigo a todos aquellos que la amaron una vez salvada.
Los maldigo!, como maldigo al hombre que se quedo con mi vuelto - al que se quedara con mi vuelto
y al que me despedirá por perder mi tiempo en estos "escritos de la puta madre".
Maldigo al pájaro de fuego
a quienes encerraron al divino anticristo y le dieron una sobredosis de Risperidone para mantener limpia la vista de sus calles
para subir la plusvalía de sus departamentos .
Maldigo a los notarios y a quienes dictan resoluciones judiciales en favor de los encierros - de las desapariciones.
Yo estoy desapareciendo - ustedes están desapareciendo - las ballenas están a un paso de desaparecer;
Maldigo entonces a todos aquellos que se conforman con las desapariciones,
a los que han tenido la posibilidad de acabar con una y no lo han hecho,
Maldigo a los cuervos carroñeros brillosos de la noche que agotan la gravitación
universal y le pintan los ojos de púrpura a los peces que se acumulan alrededor de los bares;
Maldigo a quienes nacieron aquí y solo han soñado con amar Paris,
Maldigo a quienes nacieron aquí y solo han soñado con amanecer en Londres,
Maldigo a quienes nacieron aquí y solo han vivido para verse llegar montados en una botella de whisky Tennessee a los barrios mas cool de New York o Florida,
Maldigo la fuerza de la creación repentina
hermana de las estrellas y de los crepúsculos meridionales; a los cuales también maldigo:
por haberme dejado solo una mañana
por haberme pulido lo suficiente para caer de rodillas.

Pedro Césped.

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